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SENDEROS EN BORAU: Ruta Circular al Barranco del Calcil
Es indiferente cual de los dos recorridos elegir para el ascenso, ya que ambos son de similares características, aunque la ruta estará pensada y difundida para realizarla en el sentido inverso a las agujas del reloj, ya que consideramos que así es más agradable para sus usuarios, y más sombreada en los meses de verano.
El camino inicial discurre por una pista forestal que accede a antiguos campos de labranza y ganaderos (aún en uso), hasta que abandonamos la misma para adentrarnos junto al barranco del Calcil durante un kilómetro aproximadamente disfrutando de la sombra y los antiguos muros de arenisca que decoran el agradable sendero y nos muestra todo el verdor y los recursos naturales de los que más adelante hablaremos para mejorar nuestro paseo por esta ruta.
Más adelante, antes de alcanzar la pista del Terreraz, veremos el siguiente cartel indicador donde la ruta se bifurca y nos da dos opciones a elegir. Si tomamos el camino a la derecha veremos que continuaremos el ascenso hasta el Cubilar de las Vacas en la ruta denominada “Ruta circular al Cubilar”, mientras que si decidimos realizar esta ruta, deberemos seguir el cartel indicador a nuestra izquierda, cruzando el barranco del Calcil en una zona donde antiguamente se despedregó completamente para el uso de la tierra, y que podremos ver en nuestro paso.
Una vez aquí el camino comienza a descender sobre la margen derecha del barranco del Calcil, que oiremos intermitentemente hasta alcanzar los primeros campos de cultivo, salpicados por antiguos pajares que nos mostrarán el pasado tradicional no solo de la Villa de Borau, sino de todo el Valle, y las inmediaciones del Monasterio de San Adrián de Sasabe.
Uno de estos pajares, el de “Palacín” ha sido puesto en valor, abriendo una pequeña senda que nos conducirá hasta la puerta del mismo, que podremos abrir y admirar su increíble techo de falsa bóveda, aunque su aspecto exterior es de un tejado a dos aguas con su tejado de losa característico, una joya de la arquitectura altoaragonesa que es necesario conservar y difundir, para que este tipo de trabajos ancestrales no se pierdan.
Una vez aquí, el sendero se abre y continúa descendiendo hasta que volveremos a ver a nuestra izquierda los tonos claros del barranco del Calcil, donde podremos hacernos a una idea de la toponimia del mismo. Un ancho camino marcado con la señalización de Sendero Local nos depositará en la unión de los barrancos de Calcil y de Lopán, justo en el inicio de esta misma ruta, y ya en las inmediaciones de la ermita románica de San Adrián de Sasabe.